3.09.2007

Un bebé sobrevive después de que en Italia los médicos practicaran a la madre un aborto "terapéutico"


Isaías, 44,2. "Pues tú, Señor, formaste mis entrañas, me tejiste en el seno de mi madre. Te doy gracias"Un bebé de 22 semanas ha sobrevivido al aborto practicado a su madre en un hospital de Florencia (Italia), después de que los médicos alegaran que se trataba de un aborto "terapéutico" –como si el matar fuera una cura a nada-, ante el riesgo de graves malformaciones en el feto. La sorpresa vino cuando, tras la intervención, se comprobó que el niño nació con vida y sano, aunque ahora se encuentra grave a resultas de la práctica abortiva. Los responsables de sanidad van a investigar cómo sucedieron los hechos, ya que dos ecografías señalaban el riesgo de que el feto sufriera una "atresia del esófago", malformación que afecta a un niño de cada 3.500. Una vez practicado el aborto se vio que el corazón del niño latía. Entonces, los médicos procedieron a reanimarle, tras lo que se comprobó que el pequeño había nacido sin ninguna malformación.

REDACCIÓN HO, EFE.- El macabro caso se produjo en el hospital Careggi de Florencia (oeste) y el neonato, de 500 gramos de peso, está ahora internado en la unidad de cuidados intensivos del Meyer, en la misma ciudad. El bebé, que nació el pasado viernes, tiene pronóstico reservado, según un comunicado emitido por el hospital, que ha pedido "máxima discreción" sobre el caso por respeto a la familia.


Los dos hospitales y los responsables de la sanidad local decidieron crear una comisión para establecer con claridad cómo sucedieron los hechos y los procedimientos seguidos. Dos ecografías realizadas a la mujer, en la 20 y 21 semana de gestación, señalaron el riesgo de que el feto sufriera una "atresia del esófago", malformación que afecta a un niño de cada 3.500.

Simples sospechas, suficientes para abortar

El director del departamento de ginecología del Careggi, Gianfranco Scarselli, explicó al diario La Reppubblica, que tras las sospechas de malformaciones en el feto, los médicos le recomendaron a la mujer que se realizara una resonancia magnética para intentar despejar las dudas. Sin embargo, según Scarselli, ella "estaba convencida de abortar" y no pudieron convencerla de realizar nuevos exámenes, mientras el periódico apunta la posibilidad de que hubiese consultado a otros médicos antes de tomar la decisión.

Una vez practicado el aborto se vio que el corazón del niño latía y los médicos procedieron a reanimarle, tras lo que se comprobó que el pequeño había nacido sin ninguna malformación. Las leyes italianas contemplan que la interrupción del embarazo, prevista en tres supuestos, se debe realizar antes de los 90 días gestación y después de ese plazo sólo se puede realizar en caso de peligro para la mujer o de malformaciones en el feto que pongan en riesgo a la salud física o psíquica de la madre.

"Malformaciones en el feto", carta blanca para matar

El caso es que simplemente una sospechas han podido provocar una muerte y, seguramente, la triste inclinación de una madre a renunciar a su hijo, a no plantearse siquiera la adopción. Una vez más, se demuestra la falacia de los argumentos abortistas y como los supuestos legales acaban siendo una carta blanca para matar. Pero el deseo de vivir, la fuerza por ejercitar este derecho aún en los más indefensos, traen ciertamente estas "sorpresas", que a los defensores de la vida no nos asombran nada, sólo nos reafirman más en nuestra postura.

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